
Los historiadores de la Antigüedad como Polibio o Tito Livio nos cuentan en sus escritos la dureza de los caballos lusitanos en las batallas contra las legiones romanas ya que estas, según nos explica el Dr. Monteiro en su libro "O Cavalo Lusitano" nunca destacaron en caballería, siempre eran superados los jinetes Iberos de quienes adoptaron la forma de montar a la jineta.
Según el Dr. Ruy d'Andrade, un escritor y el "padre" del linaje de Andrade, las estatuas ecuestres de Balbo, Calígula - montado en Incitatus - y más tarde Marco Aurelio - que nació en España - son una clara evidencia de la utilización generalizada de los caballos ibéricos por los romanos.
Las invasiones bárbaras 409 d.C. no afectaron a la cría caballar ya que respetaron la civilización romanizada que encontraron.
Sobre la invasión de los musulmanes diversos autores no aseguran exactamente el número de caballos pero parece ser que era una caballería pequeña. El líder de la invasión inicial fue un musulman bereber llamado Tariq ibn Ziyad, que llevó 12.000 sarracenos (en su mayoría bereberes de Argelia y Marruecos) a través del Estrecho de Gibraltar a España. Estas personas trajeron algunos de sus caballos bereberes nativos con ellos en la expedición. El escaso numero de caballos se puede especular que debido a las dificultades en el transporte de caballos era limitado y que la mayoría de los hombres de Caballería obtuvieron sus caballos de la circulación de valores existentes en el sur de la Península Ibérica.
Los caballos bereberes al estar relacionados con el caballo ibérico, su sangre fue fácilmente absorbida por este. Estos nuevos invasores fueron grandes admiradores del caballo que encontraron en la Península. Diversos testimonios nos cuentan que muchos caballos ibéricos fueron exportados a África y a Oriente justamente por la fascinación que causaron.
En la Edad Media fue una época de auge del caballo ibérico, utilizado en las Cruzadas por muchos guerreros famosos como Ricardo Corazón de León (1119).
El caballo Lusitano es inteligente, valiente, muy ágil y de gran maniobrabilidad, características que lo hacían excelente cabalgadura para la guerra, y mismas cualidades que se requieren para el rejoneo y el trabajo de campo; esta última actividad, se emula hoy en día en competiciones de equitación de trabajo.
Según palabras de Ruy d'Andrade el caballo ibérico fue considerado el caballo de silla más noble y por esta razón se exportaba a todas las partes del continente para producir los mejores caballos de combate.
(Continuará)
No hay comentarios:
Publicar un comentario