Fotografia Ecuestre por Tim Flach


Tim Flach es un fotógrafo inglés (nacido en 1958 en Londres) muy conocido por sus retratos altamente conceptuales de animales, particularmente caballos. Sus imágenes de animales se apartan de la fotografía tradicional de fauna salvaje.Tim Flach, posee una mágnifica colección de fotografía animal donde muestra su fascinación por la naturaleza y el reino animal. Imágenes atípicas que exploran nuestra tendencia a dar características y emociones humanas a los animales.Estudió diseño de comunicaciones en la North East London Polytechnic (1977-1980) y después fotografía y estructuras pintadas en la Central[Image]Saint Martins College of Art and Design (1982–1983). Trabajó brevemente como asistente de Brian Worth, pero pronto comenzó a trabajar por su cuenta.Sus clientes son Sunday Times, El Circo del Sol, Sony y el Festival Internacional de Cine de Locarno.
Sus imágenes se han ofrecido dos veces en sellos de correo (2000). El trabajo de Flach se ha centrado cada vez más en los animales, tratando varias especies pero siempre con un estilo distintivo que se deriva de sus preocupaciones con el antropomorfismo y el antropocentrismo.Su primer libro, Equus, es un estudio fotográfico comprensivo de la familia equus: “va del asno a la cebra, pero es sobre todo caballos” y tiene 180 fotografías de cuarenta diversas especies de caballo, incluyendo burros y cebras. Los seres humanos están intencionalmente ausentes de las imágenes.
Tim Flach, criado en Cornwall, en un entorno rural al suroeste de Londres, pasó desde su juventud mucho tiempo entre caballos. Sus padres jugaban al Polo y practicaban la caza. Mientras, él prefería limpiarlos, darles de comer, pasearlos de la mano, caminar entre ellos. Casi sin darse cuenta el caballo iba jugando un papel muy importante en su vida, lo que no podía imaginar es cómo su relación de observador con los animales iba a ser determinante en su futuro profesional.El calificativo con el que él mismo se autodefine es el de “visual”, el de quien lleva consigo la vocación del pintor y el oficio del fotógrafo. Los pinceles, al acabar Bellas Artes, fueron sustituidos por una Hasselbald 39 negativos/seg. y una Canon 35mm, algunas de las herramientas que lo relacionan con su trabajo más personal y humanizado.Tim Flach es un fotógrafo inglés (nacido en 1958 en Londres) muy conocido por sus retratos altamente conceptuales de animales, particularmente caballos. Sus imágenes de animales se apartan de la fotografía tradicional de fauna salvaje.
Tim Flach, posee una mágnifica colección de fotografía animal donde muestra su fascinación por la naturaleza y el reino
animal. Imágenes atípicas que exploran nuestra tendencia a dar características y
emociones humanas a los animales.Estudió diseño de comunicaciones en la North East London Polytechnic (1977-1980) y después fotografía y estructuras pintad
as en la Central Saint Martins College of Art and Design (1982–1983). Trabajó brevemente como asistente de Brian Worth, pero pronto comenzó a trabajar por su cuenta.Sus clientes son Sunday Times, El Circo del Sol, Sony y el Festival Internacional de Cine de Locarno. Sus imágenes se han ofrecido dos veces en sellos de correo (2000). El trabajo de Flach se ha centrado cada vez más en los animales, tratando varias especies pero siempre con un estilo distintivo que se deriva de sus preocupaciones con el antropomorfismo y el antropocentrismo.
Su primer libro, Equus, es un estudio fotográfico comprensivo de la familia equus: “va del asno a la cebra, pero es sobre todo caballos” y tiene 180 fotografías de cuarenta diversas especies de caballo, incluyendo burros y cebras. Los seres humanos están intencionalmente ausentes de las imágenes.Tim Flach, criado en Cornwall, en un entorno rural al suroeste de Londres, pasó desde su juventud mucho tiempo entre caballos. Sus padres jugaban al Polo y practicaban la caza. Mientras, él prefería limpiarlos, darles de comer, pasearlos de la mano, caminar entre ellos. Casi sin darse cuenta el caballo iba jugando un papel muy importante en su vida, lo que no podía imaginar es cómo su relación de observador con los animales iba a ser determinante en su futuro profesional.El calificativo con el que él mismo se autodefine es el de “visual”, el de quien lleva consigo la vocación del pintor y el oficio del fotógrafo. Los pinceles, al acabar Bellas Artes, fueron sustituidos por una Hasselbald 39 negativos/seg. y una Canon 35mm, algunas de las herramientas que lo relacionan con su trabajo más personal y humanizado.Sus proyectos
muestran un halo estético excepcional y reivindicativo.

Siempre
encontramos la visión crítica en sus trabajos y también la calma. Sus imágenes siempre parecen cuestionar a quien las contempla, pero lo hacen pausadamente, con cierta complicidad en el diálogo entre el artista y su obra.Lo imprevisible,
lo sorprendente, lo que esconden los animales y lo que no vemos de ellos son, entre otros, los principales motivos por los que Tim Flach se decanta por retratar animales y no personas. Estos aspectos generan una incertidumbre, un ámbito en el que los elementos no se pueden determinar y un descontrol de la situación por la que el artista siente una gran fascinación: el aspecto de la sorpresa.Equus, el libro que el autor ha dedicado exclusivamente a los caballos está pensado para gente que trabaja en el mundo ecuestre y que ha pasado mucho tiempo con los caballos. Los équidos son el hilo conductor del libro, que pretende ser más que un libro fotográfico. Para esto ha podido contar, entre otros, con el conocim
iento y los consejos de Monty Roberts, quien le fue de gran ayuda al revelarle detalles sobre el comportamiento de los Mustang.Uno de los aspectos más holísticos del proyecto ha sido explorar “de una forma diferente”. Para ello ha contado con el elemento geográfico. Ha viajado hasta Islandia para ver a sus caballos en su entorno natural, delante de los glaciales, donde el origen de su vida cobra auténtica significación. Ofrecer a quien quiera mirar variedad y esperanza de poder expandir experiencias; llegar con una imagen a personas que jamás conocerán estos lugares, es lo que justifica el desplazarse hasta las islas de Shetland con sus Shetland Ponies, a los fiordos noruegos, a los emiratos árabes, a cientos de lugares donde pueda nacer la historia, y donde exista conexión con el origen de la vida.La variación del punto de vista, desde atrás, debajo del agua o a través de “rayos x”, es alqo que permite estructuras que de otra forma no podríamos ver.


El caso del embrión equino. no tuvo
nada que ver con el inertes de tomar una foto bonita, sino de intentar una aproximación a la realidad que permita al espectador encontrar algo que no había considerado, pensado o sentido, y ello aunque ese espectador finalmente no sea capaz de abarcar con su pensamiento la emoción que la imagen le produce.La fotografía del embrión equino tiene su origen en la fascinación que Tim Flach siente por la idea de que el ser humano puede mover genes y participar en el origen de la vida como nunca antes se había hecho. Este magnífico trabajo sin duda nos llena de una mezcla de emoción y sobrecogimiento. Por otro
lado, el embrión es un tema de actualidad en el mundo ecuestre. En el Polo, por ejemplo, casi todos los top-handycaped-polo-ponies han sido engendrados con el sistema de la transferencia de embriones, algo que también se ha extendido a los caballos árabes más top en los emiratos, donde el embrión es un tema muy sensible.La realización de la foto de una cabeza de caballo en plena carrera, en el éxtasis del movimiento límite, fue mucho más complicada logísticamente, pues para ello Tim Flach utilizó dos coches. En uno de ellos, él con la cámara, y, en el
otro, el equipo sujetando la iluminación de estudio. Esta fotografía es un detalle congelado de un momento que nadie suele ver, ni el jinete que lo monta, ni el jinete de al lado que lucha por ganar la carrera. El caballo que está en pleno galope, con sus venas son perfectamente visibles bajo su piel cobriza, y la boca abierta por la presión del filete, se convierte así en parte de la carrera misma.Tim intuye que nos movemos hacía la identidad del individuo y el tejido social, y su proyecto es recoger parte de esta evolución en su próximo libro. El nuevo proyecto se adentrará en nuestra relación con los animales al plantear preguntas claves del tipo:
¿Qué hacemos con el medio ambiente? ¿Cómo ensuciamos nuestro “nido”? ¿Qué causa la extinción de las especies? ¿Adónde vamos con la domesticación de los animales salvajes, los que no
han sido mascotas?. Y observar la genética y sus avances, preguntándose por los peligros que ello implica para la especie humana y sobre las relaciones entre la cultura y la naturaleza.





Sus proyectos muestran un halo estético excepcional y reivindicativo. Siempre encontramos la visión crítica en sus trabajos y también la calma. Sus imágenes siempre parecen cuestionar a quien las contempla, pero lo hacen pausadamente, con cierta complicidad en el diálogo entre el
artista y su obra.Lo imprevisible, lo sorprendente, lo que esconden los animales y lo que no vemos de ellos son, entre otros, los principales motivos por los que Tim Flach se decanta por retratar animales y no personas.
Estos aspectos generan una incertidumbre, un ámbito en el que los elementos no se pueden determinar y un descontrol de la situación por la que el artista siente una gran fascinación: el aspecto de la sorpresa.Equus, el libro que el autor ha dedicado exclusivamente a los caballos está pensado para gente que trabaja en el mundo ecuestre y que ha pasado mucho tiempo con los caballos. Los équidos son el hilo conductor del libro, que pretende ser más que un libro fotográfico. Para esto ha podido contar, entre otros, con el conocimiento y los consejos de Monty Roberts, quien le
fue de gran ayuda al revelarle detalles sobre el comportamiento de los Mustang.Uno de los aspectos más holísticos del proyecto ha sido explorar “de una forma diferente”. Para ello ha contado con el elemento geográfico. Ha viajado hasta Islandia para ver a sus caballos en su entorno natural, delante de los glaciales, donde el origen de su vida cobra auténtica significación. Ofrecer a quien quiera mirar variedad y esperanza de
poder expandir experiencias; llegar con una imagen a personas que jamás conocerán estos lugares, es lo que justifica el desplazarse hasta las islas de Shetland con sus Shetland Ponies, a los fiordos noruegos, a los emiratos árabes, a cientos de lugares donde pueda nacer la historia, y donde exista conexión con el origen de la vida.La variación del punto de vista, desde atrás, debajo del agua o a través de “rayos x”, es alqo que permite estructuras que de otra forma no podríamos ver. El caso del embrión equino. no tuvo nada que ver con el inertes de tomar una foto bonita, sino de intentar una aproximación a la realidad que permita al espectador encontrar algo que no había considerado, pensado o sentido, y ello aunque ese espectador finalmente no sea capaz de abarcar con su pensamiento la emoción que la imagen le produce.La fotografía del embrión equino tiene su origen en la fascinación que Tim Flach siente por la idea de que el ser humano puede mover genes y participar en el origen de la vida como nunca antes se había hecho. Este magnífico trabajo sin duda nos llena de una mezcla de emoción y sobrecogimiento. Por otro lado, el embrión es un tema de actualidad en el mundo ecuestre. En el Polo, por ejemplo, casi todos los top-handycaped-polo-ponies han sido engendrados con el sistema de la transferencia de embriones, algo que también se ha extendido a los caballos árabes más top en los emiratos, donde el embrión es un tema muy sensible.La realización de la foto de una cabeza de caballo en plena carrera, en el éxtasis del movimiento límite, fue mucho más complicada logísticamente, pues para ello Tim Flach utilizó dos coches. En uno de ellos, él con la cámara, y, en el otro, el equipo sujetando la iluminación de estudio. Esta fotografía es un detalle congelado de un momento que nadie suele ver, ni el jinete que lo monta, ni el jinete de al lado que lucha por ganar la carrera. El caballo que está en pleno galope, con sus venas son perfectamente visibles bajo su piel cobriza, y la boca abierta por la presión del filete, se convierte a
sí en parte de la carrera misma.Tim intuye que nos movemos hacía la iden
tidad del individuo y el tejido social, y su proyecto es recoger parte de esta evolución en su próximo libro. El nuevo proyecto se adentrará en nuestra relación con los animales al plantear preguntas claves del tipo: ¿Qué hacemos con el medio ambiente? ¿Cómo ensuciamos nuestro “nido”? ¿Qué causa la extinción de las especies? ¿Adónde vamos con la domesticación de los animales salvajes, los que no han sido mascotas?. Y observar la genética y sus avances, preguntándose por los peligros que ello implica para la especie humana y sobre las relaciones entre la cultura y la naturaleza.

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